Como resultado de nuestra actividad en internet, vamos dejando un rastro de archivos y datos que son almacendas por los prestadores de los servicios digitales que utilizamos. Ya debería ser de común entendimiento que por ejemplo google, facebook y twitter almacenan una copia de todo lo que hacemos en internet, estemos o no utilizando sus servicios.
Producto de toda esta actividad almacenada en el entorno digital que ellos (google, facebook y twitter) controlan, se moldea una entidad de información que se actualiza a partir de nuestro propio comportamiento en internet, compuesta de nuestros intereses y valoraciones, muy similar a nosotros mismos que reacciona como nosotros, incluso, se llega a anticipar, nos confunde, actúa en el mismo entorno de nuestros sueños, emociones y pensamientos
Esa entidad de información es completamente controlada por ellos y su objetivo es actuar sobre las neuronas espejo en los momentos en que tomamos decisiones, confundiéndonos con reacciones anticipadas de eso que se parece tanto a nosotros. Algo como aquel reflejo que por difuso llegara a parecer que se mueve primero que nosotros.
Ante el peligro que representa tal estado de vulnerabilidad y dependencia de servicios digitales extranjeros, recomendamos actuar en dos sentidos, digital y mental, para la conquista de la soberanía del futuro, desde la necesidad de la identificación de lo que realmente nos pertenece, digital y mentalmente.
En lo digital, el gobierno, a través de programas de desarrollo, además de garantizar acceso e internet libre como el aire y la masificación del acceso a los dispositivos de conexión, debe garantizar a cada ciudadano la cobertura de sus necesidades digitales, entendidas como la necesidad de comunicación electrónica e inmediata, espacio digital, geolocalización, entre otras, creando para tal fin servicios de correo electrónico oficial, mensajería instantánea y almacenamiento en la nube infinito, en un ecosistema de aplicaciones seguras que abrirán el camino hacia un nuevo paradigma posible.
En lo mental, a través del formalecimiento del espíritu podemos prepararnos para sobrellevar un futuro cercano donde la experiencia se traslade hasta los máximos imaginables, hacia la mente, donde lo telepático sea lo cotidiano y las posiblidades exponenciables al máximo. Hoy en día materializamos nuestros impulsos con un click, mañana lo digital estará en capacidad de interpretar las expresiones más sublimes que suceden en el espacio mental que solo los que se han dedicado a cultivar el espíritu son capaces de reconocer y controlar, durante los procesos de meditación y autocontemplación que conlleva el camino a la espiritualidad.
Si emprendemos esas ruta de desarrollo donde resultan fortalecidos lo digital y el espíritu, sumado a las ya emprendidas en materia social, económica y política por el gobierno, más las capacidades infinitas que ofrece la blockchain con una visión endógena del desarrollo digital, tendremos la oportunidad de modelar el resultado de su simbiosis en una entidad digital inteligente con la capacidad de llevarnos a cada uno a la expresión real de nuestra esencia en armonía con el ambiente, preparados para asimilar la experiencia que se avecina, establecer el vínculo humano con el entorno digital y alcanzar el estado de suprema felicidad de todos.
Comentarios recientes